La ruptura de relaciones entre los dirigentes del tenis profesional y el tenis federado está a punto de acabar con los torneos Open, que dejarían de existir en febrero del año próximo. Esta medida dejaría a los tenistas profesionales fuera de la competición federada y obligados a jugar entre sí en torneos de exhibición celebrados en balnearios o palacios de deportes. El motivo de la ruptura es la oposición de la Federación Internacional a que los profesionales pacten acuerdos económicos con firmas comerciales deportivas o cadenas de televisión.

Lamar Hunt, magnate estadounidense que gobierna el tenis profesional, anunció el establecimiento de un sistema de incentivos para que sus torneos resulten más atractivos. Parte de su plan de revitalización, consiste en atraer a golpe de talonario a las jóvenes promesas del tenis federado. Si la ruptura se produjese, los más perjudicados serían aquellos profesionales que ya no despiertan el interés del público, y que se verían forzados al retiro. Para estos tenistas, la fórmula de los torneos Open resultaba providencial.

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