2022 fue un año de retiradas importantes: Roger Federer, Serena Williams, Juan Martín Del Potro… Muchas miradas apuntaron entonces hacia Nadal, pero el mallorquín ganó cuatro títulos, entre ellos el Open de Australia y Roland Garros, para terminar la temporada como núimero 2 del ranking, solo superado por Carlos Alcaraz. Como si con esta proeza hubiese hecho su último esfuerzo, en 2023 solo disputó un torneo, el Open de Australia, y terminó en el puesto #652, cediendo ante Djokovic en la carrera por la supremacía como máximo ganador de Grand Slams y de Masters 1000. Pero no dijo adiós.
OTRA VUELTA DE TUERCA
En 2024, Rafa volvió a la competición en el ATP-250 de Brisbane, celebrado la primera semana de enero. Lo hizo con una wild card. Tras vencer a Thiem y a Kubler, cayó en cuartos ante Jordan Thompson. La experiencia le desaconsejó participar en el inminente Open de Australia, posponiendo su cita siguiente hasta el ATP-250 de Doha, a mediados de febrero. "En mi calendario está Doha y después Indian Wells, aunque para Doha llego muy justo. He tenido algunas molestias estas últimas semanas y estoy un poco al límite. Confío al 100% en estar en Indian Wells”.
Llegó Doha y Rafa, que figuraba entre los inscritos, renunció a participar. Tampoco jugó en el Masters de Indian Wells, donde, después de llevar dos semanas practicando en las pistas del complejo, anunció su retirada un día antes de su debut: "Es con gran tristeza que tengo que retirarme de este increíble torneo de Indian Wells. Todo el mundo sabe cuánto amo este lugar y cuánto amo jugar aquí. Esa es también una de las razones por las que vine muy temprano al desierto para practicar y tratar de prepararme, pero no me encuentro listo para jugar al más alto nivel en un evento tan importante y no puedo mentirles a los miles de aficionados". De alguna manera lo había hecho: ya estaban las entradas vendidas.
EXHIBICIONES Y OTROS CHOLLOS
El 3 de marzo, una semana antes de su cita en Indian Wells, Rafa había preparado su participación jugando en Las Vegas un partido de exhibición ante Carlos Alcaraz, el “Netflix Slam”. Perdió el partido pero se llevó una buena bolsa por participar y por dar clases privadas a 150.000 $ por persona.
Las exhibiciones parecen ser una buena alternativa a la competición. Al menos, desde el punto de vista lucrativo. Arabia Saudí anuncia el “6 Kings Slam”, torneo de exhibición que pretende reunir a los seis mejores jugadores actuales, entre los que incluye a Nadal. Solo por participar, cada jugador cobrará millón y medio de dólares. El ganador, seis millones. Habrá que esperar a octubre para ver si Rafa acepta la invitación de los árabes.
Además, el tenis también mueve dinero fuera de las pistas. Por ejemplo, en las subastas de fetiches. Por la raqueta usada por Rafa en Australia 2022 se pagaron 139.700 $, y por la que usó en Roland Garros en 2007 obtuvo 118.000 $. Supongo que se trata de la raqueta con la que ganó el último punto, porque si en un partido a cinco sets un jugador utiliza varias raquetas no digamos en todo el torneo.
SPORTS WASHING
Que el dinero está por encima de ideas y sentimientos lo viene demostrando el sports washing practicado por Arabia Saudí, consistente en la compra de deportistas de élite con los que lavar su imagen de país dictatorial donde las violaciones de derechos humanos están a la orden del día. No olvidemos la tortura y asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018, los ataques a la población civil de Yemen, el encarcelamiento de mujeres por defender sus derechos o las 196 ejecuciones en 2022.
Rafa es uno de los deportistas dispuestos a prestar su imagen a este régimen que paga los servicios prestados con petrodólares manchados de sangre. Él se excusa diciendo cosas como que “El país está haciendo grandes cambios y el deporte puede ser un motor acelerador. Se trata de ayudar al crecimiento del deporte e inspirar a una nueva generación de tenistas en este país”. Hijos de los jeques claro.
Cierto que Rafa venía rodado en cuanto a prestigiar con su imagen a compañías poco filantrópicas, como el Banco Santander, Amstel, KIA, Telefónica, Nike, Babolat, Heliocare o Richard Mille, pero de ahí a convertirse en embajador de un régimen asesino… Y misógino. Antes que Rafa habían firmado contratos con Arabia Saudí Cristiano Ronaldo, Neymar, Sadio Mané, Karim Benzema y algunos más. Ninguna mujer.
Entrevistado por La Sexta, Rafa explicó sus motivos: “Se trata de un reto personal. Soy un firme creyente de que la educación y el deporte tienen el poder de cambiar vidas y transformar situaciones complicadas en oportunidades. Antes de tomar la decisión, visité Arabia para ver lo que había y, bueno, hay cosas que se tienen que mejorar. Pero no creo que Arabia Saudí me necesite a mí para lavar su imagen. Sé que la sensación es que con dinero se compra todo, y también Rafa se ha vendido al dinero. Arabia Saudí va muy retrasada en muchas cosas, pero tiene un gran potencial. Si en diez, quince años, no consigue la evolución que yo creo, pues diré que me equivoqué por completo”. Y que me quiten lo cobrao.
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