Con Federer y Nadal ausentes de la competición todo apuntaba a que 2021 sería para Novak Djokovic el año soñado por todo tenista. Pudo alcanzar el Golden Slam, máximo galardón del tenis profesional todavía no conseguido por un hombre (Steffi Graf lo hizo en el circuito femenino). El Golden Slam consiste en ganar los cuatro torneos de la máxima categoría en el mismo año y además el Oro olímpico. Parecía que Novak lo podría conseguir, pero se le cruzó Alexander Zverev en las semifinales de Tokio y lo mandó a la lucha por el bronce (que también le fue arrebatado, este por Pablo Carreño). Pudo ganar el Grand Slam a secas, que es como el anterior pero sin el Oro. Había vencido a Nadal en Roland Garros, pero llegó Daniil Medvedev y le privó del título en el Open USA. Pudo encabezar la lista de ganadores de las ATP Finals, como ya encabeza el resto de las categorías importantes: Grand Slam y Masters-1000. Pero de nuevo Zverev le impidió disputar la final y lo obligó a despedir la temporada con sabor a derrota.

Y no es que se vaya descalzo. Sus triunfos en Melbourne, París y Wimbledon, más la consolidación como número uno del ranking al finalizar el año, harían feliz a cualquier otro jugador. Pero no a él, seguro. No el año en que podría haber pasado a la historia del tenis como el tenista que consiguió lo que parecía (y sigue pareciendo) imposible.

Novak Djokovic dice adiós al sueño de todo tenista

P.D. Para colmo, aún se le escapó la Copa Davis, pobre consolación pero algo es algo. Lo intentó, ganó todos sus partidos individuales y se esforzó en los dobles, pero Croacia dejó fuera a Serbia en semis.

No es la primera vez que se descalifica a un jugador por este motivo. La novedad es que nunca antes el sancionado encabezaba el ranking. Era la cuarta ronda del US Open 2020, a la que llegaba con una racha de 26 victorias consecutivas y la posibilidad de recortar la cada vez más exigua ventaja de Federer y Nadal en títulos de Grand Slam, ambos ausentes en este torneo. Durante el primer set del partido, su rival, Pablo Carreño, se había mantenido firme hasta el punto de llegar al undécimo juego sin perder su servicio. Djokovic solo tenía que ganar también el suyo para alcanzar el tie-break. Pero este juego, de la mayor importancia para el set, se le complicó sobremanera. Primero una caída y luego la contundencia de Carreño acabaron por dar el break al español, que se ponía con 6-5 y servicio para ganar el set. Contrariado, Djokovic lanzó la pelota hacia atrás sin demasiada fuerza. Por eso lo extrañó escuchar unos gritos angustiosos al fondo de la pista. Se volvió y descubrió a una de las juezas de línea caída en el suelo con aparente dificultad para respirar. El pelotazo la había alcanzado en el cuello. Inmediatamente, Djokovic se acercó a ella para comprobar cuál era su estado y pedirle disculpas. Pero el daño estaba ya hecho. El reglamento es tajante en esta circunstancia: si un jugador golpea con la pelota a una persona no estando en juego debe ser descalificado.

Mala suerte. Gestos como el de Novak se ven con demasiada frecuencia. "No puedo prometer que no volveré a hacer algo parecido. Pudo haberme pasado antes como puede pasarle a otro jugador. Espero que no se repita, pero cuando golpeas la pelota siempre cabe la posibilidad de que des a alguien". De hecho, minutos antes del incidente, Djokovic ya había desahogado su frustración tirando un pelotazo contra la valla publicitaria, esta vez con fuerza e intención. Pudo haber golpeado a algún recogepelotas.

El Career Grand Slam, o "Grand Slam a lo largo de toda una carrera", se consigue ganando los cuatro títulos más importantes del circuito: el Open de Australia, Roland Garros, Wimbledon y el US Open. A Djokovic sólo le faltaba el de París para completar la colección y reunirse con los siete jugadores que le habían precedido: Fred Perry, Don Budge, Rod Laver, Roy Emerson, André Agassi, Roger Federer y Rafael Nadal. Hoy lo ha conseguido, venciendo cómodamente a Andy Murray por 36 61 62 64.

La superioridad de Djokovic respecto a cualquier otro jugador en activo le permite aspirar a conseguir este año dos nuevos hitos que lo encumbrarían como el jugador con mejor palmarés de todos los tiempos: el Grand Slam y el Golden Grand Slam. El Grand Slam, así, sin calificativos, consiste en ganar los cuatro torneos en el mismo año. Sólo Don Budge (en 1938) y Rod Laver (en 1962 y 1969) lo han conseguido. El Golden Grand Slam, o "Grand Slam de Oro", es la máxima distinción del tenis profesional y consiste en ganar los cuatro torneos y el oro olímpico en el mismo año, ocasión que sólo se presenta cada cuatro años. Djokovic la tiene ahí, en Río de Janeiro. Nadie lo ha conseguido todavía.