DESNUDO PARA LUCHAR CONTRA EL CÁNCER

Tommy accedió a mostrarse desnudo en las páginas de la revista británica “Cosmopolitan” como contribución a la campaña benéfica Everyman-Campaign, cuyos beneficios se destinan a una fundación que lleva a cabo programas de investigación sobre el cáncer testicular y de próstata.

No es la primera vez que un tenista español se quita la ropa ante las cámaras de la prensa. En noviembre de 2003, Feliciano López ya había posado desnudo para Interviu, y antes lo hizo Carlos Moyá.

Puede que la obra pionera en la exhibición de los desnudos atléticos fuese la película “Olimpiada”, con la que Leni Riefenstahl inmortalizó los Juegos Olímpicos de 1936 a mayor gloria de Hitler (y eso que la intención del líder racista se vio chafada por el éxito de Jesse Owens, un atleta de color que ganó en cuatro pruebas).

Entre aquella obra con vistas a la inmortalidad y estas exhibiciones destinadas al consumo inmediato hay un objetivo en común: enganchar a la masa. Con fines políticos en aquella, meramente lucrativos en éstas.

En cualquier caso, lo de Tommy no es ni nuevo ni inusual. Con uno u otro pretexto, muchas revistas han buscado aumentar su difusión desnudando a la élite del deporte, y así hemos visto en sus portadas los desnudos del corredor Carl Lewis, la campeona olímpica de patinaje Katarina Witt, la gimnasta Corina Ungureanu, la pertiguista Tatiana Grigorieva, la saltadora Amy Acuff, María Vasco, bronce mundial en 20 kilómetros marcha, los ciclistas Óscar Sevilla, Aitor González, Mario Cipollini y una lista inacabable a la que habría que agregar los desnudos colectivos destinados a recaudar fondos mediante calendarios que desaparecen del quiosco el mismo día de su puesta a la venta.