Desde esta mañana, Serena Williams ocupa el primer puesto del ranking de la WTA, distinción a la que accedió por primera vez hace más de diez años, en julio de 2002. Desde entonces, ha estado al frente de la clasificación 124 semanas, incluyendo la presente. Esta cifra, que será mejorada en los próximos meses, queda aún lejos de las conseguidas por Steffi Graf (377 semanas), Martina Navratilova (332), Chris Evert (260), Martina Hingis (209) y Monica Seles (178). Pero donde la gesta de Serena ha supuesto un hito histórico incontestable es en la categoría de jugadora más veterana al frente de la clasificación. Nacida el 26 de septiembre de 1981, la jugadora de Michigan ha vuelto a liderar el ranking a sus 31 años, 4 meses y 23 días, superando las marcas de Chris Evert (30 años, 11 meses y 3 días) y Martina Navratilova (30 años, 9 meses y 29 días): “Como no he sido la número uno más joven, quería ser la número uno más veterana”. |
Serena había perdido el liderazgo en octubre de 2010, tras cortarse en un pie al pisar una copa de cristal en un restaurante, incidente que le impidió disputar el Open USA y los torneos previos. Su alejamiento de la competición se prolongó debido a una embolia pulmonar que sufrió en la primavera siguiente, llevándola al puesto 79 del ranking en agosto de 2011.
Tras su vuelta a la competición, la estadounidense sufrió descalabros tan serios como la eliminación en primera ronda de Roland Garros. En ese punto, Serena decidió que había tocado fondo y a partir de entonces ganó todo lo que merecía ser ganado en lo que restaba del año: Wimbledon, Oro olímpico (individual y dobles), Open USA y WTA Championships, finalizando 2012 en tercera posición del ranking. La convicción con que afrontaba 2013 tenía el aire de una sentencia: “He sido número uno y creedme, volveré a serlo”. Sólo tres meses después, Serena ha cumplido su promesa.
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