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CONNORS VS. NAVRATILOVA: BATALLA DE SEXOS EN LAS VEGAS
(26 septiembre 1992)

Las Vegas ha sido el escenario de un nuevo episodio de la "batalla de sexos", argucia más mercantil que deportiva destinada a explotar (y fomentar) la rivalidad entre hombres y mujeres mediante partidos de exhibición en los que tenistas de distinto sexo se enfrentan con el propósito de contrastar la supremacía masculina. En esta ocasión, los contendientes han sido Jimmy Connors y Martina Navratilova, los dos tenistas con mayor número de victorias individuales. Pese a jugar en condiciones desfavorables (disponía de un solo servicio por punto y su lado de la pista incluía los pasillos de dobles) Connors, de cuarenta años, venció a Navratilova, de 35, por 75 62.

Martina Navratilova

El partido se jugó en una cancha al aire libre preparada en el aparcamiento del hotel Caesars Palace. La nota más destacable fue la numerosa presencia de caras conocidas del cine y la televisión en unas gradas que acogieron cerca de catorce mil espectadores. En la pista, sin embargo, el juego no respondió a las expectativas. Las condiciones impuestas a Connors propiciaron los intercambios lentos y sin subidas a la red, con saques que en ningún momento superaron los 128 kmh. Finalmente. Navratilova se mostró más vulnerable a los nervios que Connors al cansancio.

Como entrada al plato fuerte se jugó un partido de dobles en el que el actor Dick Van Patten y el boxeador Sugar Ray Leonard derrotaron a las actrices Cathy Lee Crosby y Donna Mills por 8-4.

El espectáculo tenístico-sexual tenía precedentes. En 1973, Billie Jean King, de 29 años, se enfrentó a Bobby Riggs, de 55. Riggs, que había vencido anteriormente a Margaret Court por 62 61, afrontaba el nuevo reto alardeando de poder derrotar con facilidad a la mejor tenista femenina. Su actitud propició un clima de rivalidad que los organizadores realzaron con una puesta en escena espectacular: ambos contendientes fueron conducidos al centro de la pista sentados en tronos mientras se hacían sonar las fanfarrias. Pese a sus bravuconadas, Riggs perdió el partido por 46 36 36.

En Las Vegas, en cambio, Connors y Navratilova no se enfrentaron como paladines de uno y otro sexo, sino como aspirantes a una buena bolsa. Los dos jugadores partían con un fijo de 500.000 dólares, cantidad que doblaría el ganador. Con su victoria, Connors se embolsó un millón de dólares, suma incrementada con lo recibido por las apuestas: había apostado 60.000 dólares a su favor.

Billie Jean King

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